Que no vengan a decirnos cuáles son nuestros motivos

 

8M 2019. Un año después, un año más

 

Este año el 8M viene rodeado de mucha expectación. La gran pregunta es si el movimiento feminista conseguirá repetir el éxito del año pasado. Viendo cómo se están organizando los barrios, las plataformas, las profesionales y las mujeres migrantes, todo nos hace pensar que así será. Pero sabemos que el éxito no solo depende de las horas de dedicación y preparación que le echemos, sino de cómo convence nuestro discurso y nuestra llamada a la huelga.

El año pasado amplias capas de la sociedad, desde las más activistas a las más despolitizadas, encontraron sentido a una convocatoria de huelga laboral, de cuidados y de consumo, en la que denunciar las desigualdades que viven las mujeres en el Estado español y en el mundo. Muchas mujeres quisieron vivir en persona la experiencia de sentirte acompañada por otras; sentirte arropada y empoderada al convertirte en protagonista social.

Este año, los motivos para la huelga siguen siendo los mismos, y las demandas del movimiento no han cambiado. Sin embargo, no podemos negar que estamos viviendo un contexto político que sí o sí va a afectar los resultados de la convocatoria. Estamos a las puertas de unas elecciones generales y los intereses partidarios están intentando influir en los debates del movimiento. Presenciamos, además, campañas abiertamente antifeministas que intentan copar las narrativas de las mujeres cis, lesbianas y trans con discursos que venden qué es ser una verdadera mujer o una buena feminista. Lo llevan claro. La gran mayoría de las mujeres de este país saben qué son las desigualdades de género y por qué hay que hacer huelga y salir a las calles el 8 de marzo.

En Calala haremos huelga porque todavía las organizaciones de mujeres son las que tienen menos recursos para hacer su trabajo. Todavía los fondos que están destinados a reducir las desigualdades de género son repartidos principalmente entre grandes ONGs y no entre organizaciones de mujeres de base. Haremos huelga porque la filantropía que quiere potenciar un cambio de sistema, no tiene claro que el sistema se llama heteropatriarcado.

En Calala haremos huelga porque todavía las mujeres no podemos decidir sobre nuestros cuerpos en libertad y con autonomía, y se considera que necesitamos la tutela de hombres expertos, mayores o con derechos sobre nosotras. Hacemos huelga porque las mujeres migrantes siguen afrontando sistemas legales y burocráticos pensados para que nunca puedan salir de la precariedad ni ser ciudadanas de pleno derecho. Hacemos huelga porque las violencias contra las mujeres siguen siendo el pilar en el que se sostiene el sistema de dominación en el que vivimos; donde las violencias contra las defensoras de los derechos humanos, además de coartarlas, quieren dejarles claro cuál es su rol de subordinación dentro de ese sistema.

En Calala hacemos huelga porque queremos que el movimiento feminista sea un movimiento transversal, diverso y donde puedan participar todas las personas que viven opresiones por razones de género, raza, clase y procedencia. Porque la diversidad de los movimientos es la receta secreta para frenar los totalitarismos. Hacemos huelga porque hoy más que nunca hay voces, de muy diversos ámbitos, que quieren frenar la participación política de las mujeres. Porque saben que traen el verdadero cambio.

Así que el 8 de marzo, apagamos ordenadores y nos vemos en las calles.

María Palomares
Directora Ejecutiva de la Fundación Calala Fondo de Mujeres.

 

[Fotografía de la portada de Julia Molins]