Unos minutos en su presencia bastaban para darte cuenta de que Berta Cáceres era una mujer excepcional. Hondureña, indígena lenca, fue la cofundadora y coordinadora general del COPINH, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras. Fue asesinada en su casa en la madrugada del pasado 3 de marzo en el sur-occidente del país. Desde Calala Fondo de Mujeres nos sumamos a la condena a su asesinato y a la exigencia de justicia para ella.

Como explica su familia en este comunicado, “las circunstancias de su muerte se dan en medio de la lucha en contra de la instalación del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca en el Río Gualcarque por parte del pueblo lenca”. De llevarse a cabo, este proyecto impactaría gravemente en la vida de los cientos de personas lencas para las que este río no es sólo una fuente de recursos necesaria para su supervivencia, sino también un lugar de gran importancia espiritual. Podéis conocer más sobre su labor en este vídeo, realizado en 2015 cuando la defensora recibió el prestigioso Premio Goldman para el medio ambiente.

Una luchadora contra el racismo, el patriarcado y el capitalismoBerta Cáceres

Nosotras tuvimos la oportunidad de conocer a Berta Cáceres en México en 2014 con ocasión de un encuentro sobre violencia contra las mujeres defensoras de derechos humanos organizado por la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos, cuyo objetivo era movilizar fondos adicionales para la defensa de los derechos de las defensoras.

Ahí pudimos escuchar el potente discurso de Berta, que no se centraba únicamente en la defensa del medio ambiente, sino que reafirmaba la necesidad de luchar desde una perspectiva feminista, antirracista y anticapitalista. Así lo dijo ella con sus propias palabras al recibir el Premio Goldman: “¡Despertemos! ¡Despertemos, humanidad! Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de estar sólo contemplando la autodestrucción, basada en depredación capitalista, racista y patriarcal”.

En México también pudimos conocer su lado más humano y divertido en una noche en la Plaza Garibladi, llena de mariachis, en la que compartimos unos tragos en el Tenampa, un lugar mítico del DF. Hoy, a pesar de la tristeza, del dolor, de la rabia y de la impotencia, nos sentimos unas privilegiadas por haber podido contagiarnos de su sabiduría, de su compromiso y de sus ganas de vivir.

Su asesinato no es un hecho aislado

El asesinato de Berta Cáceres no ha sido un hecho aislado. De acuerdo con el informe de Global Witness 2015, “Honduras es el país más peligroso per cápita para los activistas ambientales y de la tierra con 101 asesinatos entre 2010 y 2014”.  En este mismo informe se explica que el 40% de estas personas activistas asesinadas en todo el mundo era indígena y que sus asesinatos estaban relacionados principalmente con la industria hidroeléctrica, la minería y la agroindustria.

Por su parte, entre 2012 y 2014, la Iniciativa Mesoamericana registró 318 agresiones a defensoras de derechos humanos en Honduras, otras 1.371 en Guatemala, El Salvador y México. En este período 32 defensoras fueron asesinadas en estos cuatro países, 7 de ellas en Honduras. Para conocer más sobre ello puedes acceder a este Informe.


Como explica la Iniciativa Mesoamericana en este pronunciamiento, Berta Cáceres “había sido objeto de múltiples agresiones como amenazas, detención arbitraria o criminalización, por parte de elementos relacionados con la empresa privada DESA-Agua Zarca, así como por funcionarios e instancias del estado hondureño, y por ello era beneficiaria de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.

Es evidente que este asesinato es un mensaje muy claro para las defensoras y defensores de derechos humanos en Honduras: callen o tendrán problemas. Pero como dicen las compañeras de la Red de Mujeres Jóvenes Feministas, uno de los grupos hondureños a los que apoyamos desde Calala, “ella vivirá para siempre en nuestra memoria, en nuestras acciones y en nuestra lucha”. Berta era y seguirá siendo un referente para la sociedad civil, que en estos días ha organizado múltiples concentraciones y manifestaciones en repulsa a su asesinato, para reivindicar su figura y exigir justicia.