Aún en los contextos más complicados, el movimiento de mujeres y feminista se sigue fortaleciendo para generar cambios.

Actualmente, Centroamérica se enfrenta a muchos desafíos en materia de derechos humanos. Los derechos sexuales y los derechos reproductivos están especialmente amenazados por la fuerte presencia de discursos fundamentalistas que alcanzan distintas esferas de la sociedad, incluidos en muchos casos los poderes públicos. La situación es tan complicada que incluso las personas que defienden estos derechos son objeto de graves agresiones.

Hoy os queremos hablar de un proyecto financiado por la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo con 60.000 euros que ha finalizado recientemente y que nos ha permitido contribuir a fortalecer al movimiento en la región.

El trabajo articulado, clave para lograr cambios

Uno de los pilares para lograr la transformación social en Centroamérica de acuerdo con nuestra teoría de cambio es que exista un movimiento feminista articulado en la región. Con este proyecto hemos apoyado espacios de articulación existentes previamente, en colaboración con el Fondo Centroamericano de Mujeres.

La Sombrilla Centroamericana ha podido celebrar un nuevo encuentro en 2017 con la participación de 73 organizaciones que defienden los DSDR de 6 países centroamericanos. Las participantes han adquirido nuevas capacidades en torno a cómo incidir en espacios internacionales y diseñado estrategias conjuntas. Participaron tanto organizaciones grandes como organizaciones de base, incluyendo a organizaciones informales que no siempre tienen acceso a este tipo de espacios y a organizaciones que representan a colectivos como el LGBTI o el de mujeres afrodescendientes, que viven una discriminación agravada por factores como la orientación sexual, la identidad de género o el origen étnico.

Estas organizaciones cuentan, gracias al proyecto, con una nueva herramienta para la incidencia de la mano de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos, que ha elaborado un capítulo específico sobre las agresiones que sufren las defensoras de los DSDR en su nuevo Informe de Agresiones a Defensoras de Derechos Humanos, que está a punto de hacerse público.

Además, hemos apoyado a tres organizaciones de base para que participen en el 14º EFLAC: la Red Coincidir por los DSDR de El Salvador, la Red de Jóvenes Feministas de Honduras y el Grupo Mujeres Ixchel de Guatemala. Estas becas de viaje se han otorgado específicamente a mujeres jóvenes, que no suelen tener acceso a espacios internacionales. Esta experiencia les ha permitido aprender de otras, poner en valor su trabajo y realizar nuevos contactos con otras organizaciones y potenciales financiadores.

Relaciones sanas para adolescentes y jóvenes de Nicaragua

Gracias al trabajo de Grupo Venancia adolescentes y jóvenes de Nivaragua provenientes de zonas urbanas y rurales han adquirido herramientas para conocer, ejercer y defender sus DSDR a través de tres ciclos de formación. Las actividades se han realizado en un contexto en el que no tienen acceso a información veraz sobre su sexualidad y sobre el uso de anticonceptivos, en uno de los países con mayores tasas de embarazos adolescentes. Las y los participantes han podido aprender y compartir sus conocimientos con jóvenes de sus comunidades gracias a la organización de festivales comunitarios. También han creado lazos con jóvenes otros municipios en un encuentro intermunicipal.

En el caso de las chicas, tras el proceso la mayoría expresaron que se sienten más seguras para expresar lo que quieren en sus relaciones y varias de ellas pudieron identificar prácticas violentas en sus relaciones y decidieron poner límites. Por su parte, los chicos han aprendido a identificar sus ideas y prácticas machistas y van comprometiéndose con el cambio.

Las jóvenes como agentes de cambio en Honduras

En Honduras, el Centro de Derechos de Mujeres elaboró un estudio que recoge las historias de 12 mujeres que han abortado en Honduras. Con el proyecto se apoyó también la campaña Somos Muchas, que busca la despenalización del aborto en el Código Penal. Sin embargo, en 2017 el nuevo Código Penal mantuvo la penalización absoluta del aborto. La Secretaría de Salud continúa negándose a legalizar la Píldora Anticonceptiva de Emergencia. Todo ello en un contexto muy complicado en el país, como os contábamos en febrero en este post.

En todas las actividades las mujeres jóvenes tuvieron un papel muy activo, especialmente en el Festival por el Derecho a Decidir, en el que hubo espacios de autocuidado, talleres de escritura y de encuadernado y una protesta itinerante en Tegucigalpa con ocasión del 28 de septiembre, el día por la despenalización del aborto. Las jóvenes han salido empoderadas de este proceso, por los conocimientos adquiridos, pero sobre todo por el trabajo colectivo y la profundización de lazos con otras compañeras con intereses similares.

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En Calala continuamos comprometidas a movilizar recursos para apoyar que las mujeres que lo deseen puedan abortar de forma segura en Centroamérica, que cada vez más jóvenes tengan la información necesaria para vivir su sexualidad y sus relaciones afectivas de forma sana y que el movimiento siga fortaleciéndose con un especial protagonismo de las mujeres jóvenes. Si tú también quieres contribuir a este cambio puedes hacerte donante aquí.